Valorar el efecto del incremento del consumo de frutas y verduras en la población general sana a largo plazo.
DiseñoEnsayo clínico aleatorizado y controlado durante 6 meses.
EmplazamientoDos médicos generales de centros de salud de Thame, Oxfordshire (Reino Unido).
Población de estudioSe aleatorizaron 729 personas, incluyéndose en el análisis final 690, con edades de 25-64 años, sin enfermedad crónica.
IntervenciónUn total de 344 personas se asignaron al grupo intervención y 346 al grupo control mediante un listado aleatorizado por ordenador, en bloques de cuatro y estratificado según el hábito tabáquico. Los participantes tuvieron dos entrevistas en 6 meses donde se les administraba un cuestionario de frecuencia alimentaria (DINE), modificado para valorar la ingesta de frutas y verduras; se valoraba la presión arterial (PA), el peso y la talla, y se extraía sangre para analizar las concentraciones de vitaminas antioxidantes y colesterol. Grupo intervención: se introducían los beneficios de la ingesta de frutas y verduras, y se administraba un cuestionario de modelo de consumo (EPAQ) para identificar el número de porciones de frutas y verduras que se ingerían y sus incrementos. Se usó un método de negociación breve para estimular su ingesta, aconsejando 5 raciones al día. Grupo control: se les explicaba que a los 6 meses recibirían consejo específico.
Medición del resultadoMediciones primarias: se valoró las diferencias entre grupos en los cambios medios individuales de las concentraciones plasmáticas de alfacaroteno, betacaroteno, licopeno, betacriptoxantina, luteína, retinol, alfatocoferol y ácido ascórbico. Mediciones secundarias: cambios en la ingesta de frutas y verduras, peso y PA. Se quiso detectar cambios en el grupo intervención del 7-10%, con un poder del 90% y un nivel de significación del 5%. Los resultados se ajustaron para las concentraciones basales de antioxidantes y el sexo.
ResultadosA los 6 meses el grupo intervención incrementó respecto el control los niveles de alfacaroteno, betacaroteno, luteína, betacriptoxantina y ácido ascórbico (p = 0,032-0,0002). La ingesta de frutas y verduras se incrementó en el grupo intervención una media de 1,4 raciones (DE, 1,7) y en el control 0,1 (DE, 1,3) (diferencia entre grupos, 1,4; IC del 95%, 1,2-1,6; p < 0,0001). La PA sistólica disminuyó más en el grupo intervención (diferencia, 4,0 mmHg; IC del 95%, 2,0-6,0; p < 0,0001) y la diastólica (1,5 mmHg; IC del 95%, 0,2-2,7; p = 0,02).
ConclusiónLos efectos del incremento de la ingesta de frutas y verduras en las concentraciones plasmáticas de antioxidantes y en los valores de la PA pueden reducir la enfermedad cardiovascular en la población general.
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