Determinar la efectividad de una terapia cognitivo-conductual en pacientes diagnosticados de hipocondría.
DiseñoEnsayo clínico aleatorizado y controlado.
EmplazamientoConsultas de atención primaria en Boston (Estados Unidos).
Población de estudioPacientes procedentes de consultas de atención primaria (AP) y voluntarios que respondieron a un anuncio en periódicos. De los 776 que pasaron el corte para el cribado de hipocondría, 187 cumplían los criterios de inclusión. Se formaron 2 grupos: TCC (terapia cognitivo-conductual), con 102 participantes (43 pacientes de AP y 59 voluntarios), y control, con 85 participantes (37 pacientes de AP y 48 voluntarios). Los criterios de inclusión fueron: mayores de 18 años, que hablasen y escribiesen en inglés, que hubiesen acudido a una consulta de AP en el último año y que sobrepasasen el punto de corte para la hipocondría. Los criterios de exclusión fueron: enfermedad somática grave, trastorno somatoforme y psicosis o riesgo de suicidio.
IntervenciónSe realizó a todos los participantes el cribado con el Self-Report Hypochondriasis Questionnaire (compuesto por el Whiteley Index y el Somatic Symptom inventory). A los que superaron el punto de corte se les realizó una segunda administración del cuestionario y la determinación de su morbilidad médica. Se realizó una evaluación previa, y otra a los 6 y a los 12 meses de completar el tratamiento. Los participantes fueron aleatorizados en 2 grupos. El grupo TCC (n = 102) recibió 6 sesiones de 90 min con un intervalo semanal. En cada sesión se analizaban 5 factores que contribuyen a amplificar los síntomas somáticos: hipervigilancia del cuerpo, creencias acerca de la etiología de los síntomas, circunstancias y contexto, el rol de enfermo y el estado de ánimo. Posteriormente, se enviaron cartas a sus médicos informándoles de cómo deberían abordar estos 5 factores con sus pacientes. Los terapeutas habían realizado un máster o un doctorado en terapia cognitivo-conductual. Al grupo Control (n = 85) no se le realizó ninguna intervención, siguiendo con la práctica habitual de sus médicos.
Medición del resultadoEl punto de corte del Self-Report Hypochondriasis Questionnaire se estableció, según trabajos previos, en 150 (puntúa de 52 a 258). Posteriormente, se realizó una entrevista estructurada, con asistentes entrenados, con el Structured Diagnostic Interview for Hipochondriasis, que utiliza criterios diagnósticos del DSM IV para la hipocondría.
Resultados principalesEl 12,3% de los participantes sobrepasó el punto de corte para un posible caso de hipocondría. De ellos, el 30,2% participó en el estudio. El 90% del grupo TCC y el 91% del grupo control completaron el estudio. Las variables sociodemográficas y las características clínicas de los 2 grupos fueron similares. Los participantes voluntarios fueron significativamente más sintomáticos y su puntuación en el cuestionario fue más alta en todos sus apartados (p < 0,001). A los 12 meses el grupo TCC tenía significativamente menos síntomas hipocondríacos, así como una mejor actitud y conocimiento de su enfermedad (p < 0,001). También mejoraron en la ansiedad (p = 0,009) y en el funcionamiento social (p = 0,05). Los síntomas hipocondríacos somáticos no mejoraron significativamente con el tratamiento (p = 0,08).
ConclusiónLa terapia cognitivo-conductual mejora significativamente a largo plazo los síntomas hipocondríacos pero no los somáticos.
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