Vol. 27. Núm. 7.
Páginas 329-336 (Agosto 2020)

Actualizando la práctica asistencial
¿Cómo valorar la etiología de una alteración aguda de la función hepática?

Verónica Parent MathiasaManuel Serrano BaenabRocío Gómez PérezcJuan Antonio Cordero Torresd
Doi : https://10.1016/j.fmc.2019.11.014

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Puntos para una lectura rápidabstract

  • El primer paso en la evaluación de sospecha de alteración hepática es determinar la presencia o ausencia de daño hepático; el segundo paso es decidir si el daño es necrosis celular o colestasis; el tercer paso es identificar la enfermedad particular, y el cuarto, determinar la gravedad.

  • A la alteración encontrada se debe asociar una detallada historia clínica y observar el contexto en el que se detecta.

  • Para orientar la estrategia que debe seguirse en cada caso son esenciales la magnitud de la alteración, la duración del problema y el patrón bioquímico predominante.

  • Las causas más frecuentes de pruebas hepáticas alteradas en atención primaria son la hepatitis vírica, el alcoholismo, la esteatohepatitis no alcohólica y la toxicidad por fármacos.

  • En la práctica clínica rutinaria, la tríada historia clínica, examen físico y panel hepático generalmente logra un resultado adecuado desde el punto de vista diagnóstico. Ocasionalmente se requieren exámenes adicionales.

  • En ausencia de cualquier sospecha clínica, la combinación de unos resultados normales de ALT, AST, fosfatasa alcalina y bilirrubinas total y directa prácticamente excluyen enfermedad hepática activa; por otro lado, la presencia de cualquier anormalidad en alguna de ellas, por ligera que sea, no excluye la enfermedad hepática.

  • La actividad de las aminotransferasas notablemente elevada, mayor de 10 veces los valores de referencia (mayor de 500 UI/l), con valores de fosfatasa alcalina menores de 3 veces los valores de referencia son sugestivos de necrosis celular en la hepatitis viral aguda.

  • La fosfatasa alcalina es el mejor indicador de obstrucción biliar, pero no diferencia colestasis intrahepática de extrahepática. En la obstrucción biliar (colestasis) puede observarse aumento de 3 a 10 veces los valores de referencia de fosfatasa alcalina, con aumento de las aminotransferasas menos de 10 veces sus valores de referencia.

  • Las determinaciones seriadas de las aminotransferasas revelan la actividad clínica de la enfermedad hepática.

  • Albúmina y tiempo de protrombina son pobres indicadores de daño hepático, pero muy útiles para evaluar la gravedad de la enfermedad.

  • La coinfección de virus de las hepatitis B y C producen una infección hepática más grave, con mayor probabilidad de desarrollar cirrosis y hepatocarcinoma.

Palabras clave

Función hepática
Etiología
Diagnóstico
Enfermedad hepática

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