Nuevas tecnología en la organización de la consulta
Más datosPuntos para una lectura rápida
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La intimidad es el ámbito donde los seres humanos gestionan sus valores más esenciales. Su contenido es información altamente sensible y requiere protección ética, deontológica y legal.
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La confidencialidad y el secreto médico tratan de proteger el valor “intimidad”. Todo acto médico está impregnado de manejo de información y datos relacionados con la intimidad.
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La prudencia debe ser la base de toda asistencia sanitaria y más si cabe cuando se haga uso de las nuevas tecnologías. El riesgo de vulnerar la confidencialidad de la información es máximo.
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La Telemedicina ha de entenderse como una herramienta más. La atención ofrecida mediante las nuevas tecnologías o sistemas de comunicación se concibe como un verdadero acto de asistencia sanitaria.
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El uso de medios tecnológicos corporativos (teléfono fijo de la consulta, correo electrónico corporativo, aplicaciones propias del sistema de salud) debe ser una de las principales medidas de seguridad.
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Los problemas éticos de la telemedicina no han hecho más que empezar. Los problemas irán presentándose con la generalización del uso y el desarrollo de nuevas capacidades.
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La identificación de quienes intervienen en el proceso de comunicación con las nuevas tecnologías ha de ser clara y fehaciente.
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Es imprescindible dotar de un tiempo específico y suficiente en la agenda asistencial, para que la consulta telemática reúna los requisitos de calidad y calidez.
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